Arquero experimentado, el fútbol le regaló algunos lujazos. Lograr un ascenso histórico con Atenas al Federal B, disputar una Copa Argentina con Peñarol, enfrentando nada menos que a Newells. También jugar en Sportivo Desamparados, el club de su familia. Oriundo de Pocito, Sebastián Domínguez tiene 32 años y muchas ganas de seguir creciendo.
«Arranqué siendo muy chico en la Liguilla departamental. Mi abuelo me llevaba en bici a entrenar, fueron lindos recuerdos. En Colón Coronado estuve hasta los 17. Después fui a Aberastain, Atenas, Peñarol, Los Andes, San Martín de Rodeo y a mitad de año llegué a Desamparados», contó en diálogo con La Excusa Deportiva.
«No estoy loco, como dice la mayoría. Me consideroun arquero normal, me ha tocado estar en equipos grandes y eso me ha ayudado a crecer mucho. Un arquero de 7 puntos, trato de darle confianza a mi equipo y ayudar cuando sea necesario», añadió el guardametas.
Hace unos días, el Puyutano sufrió un duro golpe al quedar eliminado del Torneo Federal Regional Amateur al perder ante Rivadavia por 2-1 en el Serpentario. Domínguez no dudó en definir esa tarde como la peor de su carrera deportiva. «Fue horrible, por como lo sentí. No lo esperaba. Sentí mucha tristeza, le fallamos a mucha gente que había apostado por nosotros. El camarín fue doloroso, estuvimos una hora en silencio, con la cabeza baja», confesó.
Y si bien no sabe si continuará en el Víbora de cara al 2023, el guardametas está muy orgulloso de vestir esa casaca. «Me sorprendió la cantidad de gente que mete, es un club grande, desde que llegué disfruté cada metro cuadrado. Todos me trataron muy bien. También me une la familia, mi abuelo era hincha y me contaba de los viejos Nacionales. Sacando la última derrota, fue todo hermoso. Hay presión y eso es o lindo. Exigirte para dar lo mejor siempre», manifestó.
Con respecto a sus referentes, el joven confesó que cuando era pequeño trataba de mirar mucho a Chilavert y al Mono Burgos. «Después más de grande empecé a seguir a Casiilas y a Buffon. Sobre todo Iker que evitaba tirarse tanto. Tambien Neuer, que fue el último referente del que traté de aprender algo», señaló.
Con respecto a los mejores momentos que le entregó el fútbol, Domínguez guarda varios en lo profundo de su corazón. «Ascender al Argentino B con Atenas y el ascenso al Federal A con Peñarol. También enfrentar a Newells en Copa Argentina, abrazar a Maxi Rodríguez, muy emocionante», finalizó.